Juan en el Paraíso

domingo, diciembre 10, 2006

Una preocupación demorada

Finjamos que soy feliz,
triste Pensamiento, un rato;
quizás podréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario:
que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso,
no seréis tan desdichado(vv.1-9)

No hay consuelos que borren las heridas de un corazón joven. Nuestra repetida impertinencia nos lleva a cometer locuras, pero ¿qué haríamos si no le pusiéramos a cada centímetro y a cada minuto de nuestra insignificante existencia toda la pasión y la tribulación del alma? Seríamos como esos cadáveres que se exhiben en los museos, seríamos una vieja momia pompeyana congelada en medio del tiempo, sin sueños y sin historia. No hay forma de contentar el alma con la facilidad con la Sor Juana pretende que la desdicha se vaya. Los primeros nueve versos que te copié en esta carta no muestran un camino posible que aminore tu tristeza.
Querida Brenda, tu silencios y tus altibajos me preocupan mas de lo usual... se supone que a mí es al que condenaron a muerte los médicos del alma, entonces.. ¿por qué te empeñas en recostarte en el ataúd que me pertenece?
Mi muerte es inminente, tu vida es una luz que espero que no niegues al mundo. Esta ficción aquí escrita, con mis humores cambiantes, con mis amores imposibles y fugaces, con mis viajes frustrados y con mis proyectos empezados y retomados, salvados y abortados... es un intento, una llamada de atención, una señal decadente y burda. No tengo una fórmula de la alegría, ni una pintura que maquille nuestro cansancio. Estas ausente, más que el maldito verso repetido de Neruda, cuando vos callas no estas ausente, estas triste, cansada...
Me preocupás .. pero mas aún veo que tu valor en mi vida crece, ¿qué va a ser de mi sin tu talentosa presencia?, que la melancolía romántica y las tintas violetas te suelten, tus logros están ya mostrados. A nadie debes decirle quién sos o qué hiciste, tu juventud es tu tesoro y tu inteligencia tu victoria.
Te refugiás en tus traducciones, esquiva muchacha... el año ya se termina, será una esperanza renovada cuando Enero comience. ¿Un año difícil verdad? te han pasado cosas y el cansancio nos golpea siempre en el ultimo asalto. En una vieja carta me decías que el mundo necesita de almas agridulces como la mía. El mundo necesita almas como la tuya, yo necesito almas como la tuya. Tu tristeza me entristece y no quiero que te prives ni un minuto de ser feliz amiga querida.

No es saber, saber hacerdiscursos sutiles,
vanos; que el saber consiste sólo
en elegir lo más sano. (vv. 69-72)

Elegí lo más sano, lo que te haga bien, pero recomponete y volvé a dibujar esa sonrisa mi maravillosa discípula. Para mi sos lo más exitoso y lo mas grandioso, no puedo verte de otra forma.

1 Comments:

  • At 1:16 p. m., Anonymous Anónimo said…

    Speechless, of course...
    Te llamo en la semana.
    Flaubert le habrá escrito cosas tan bellas a Maupassant o sólo le habrá criticado un par de cuentos...? Te quiero,
    b

     

Publicar un comentario

<< Home