La arqueología del placer

“El trabajo de descifrar la letra o los logogrifos de ese manuscrito de cerca de dos mil páginas ha sido una tarea superior a las fuerzas humanas, y yo no hubiera podido realizarla sin el auxilio y colaboración de un grupo de amigos que, interesados profundamente, tanto en el contenido del manuscrito como en el ejercicio de paciencia que significaba ir descifrándolo, no me hubiesen ayudado. Su colaboración ha sido heroica”
Ezequiel Martínez Estrada, Marta Riquelme.
Escribir sobre libros ajenos es difícil. Mas si el libro al que uno pretende referirse emerge del ingenio y el trabajo sostenido de dos amigos cercanos. Esto mismo es lo que más preocupa a mi “yo objetivo” a la hora de escribir una breve reseña sobre Borges, libros y lecturas de Laura Rosato y Germán Álvarez. Los libros, como las plantas, como los animales y como los hijos, se conciben en la mente de sus padres-autores y se sueña con el día en el que verán la luz del mundo. A los libros también se los imagina, se les intenta buscar un nombre atractivo que los salve de la injuria pública o de la cacofonía sarcástica del compañero de banco o del lector extraño. Uno ve crecer a ese libro a lo largo del tiempo, discute con él, se enoja con sus puntos más áridos y se alegra con sus párrafos más logrados. Escribir es una tarea de crianza y más cuando son dos las manos que intervienen en su concepción, cuando hay dos figuras parentales que sostienen, en colaboración estrecha, la andadura de la página. Este demorado pero ansiado y fundamental libro de Laura Rosato y Germán Álvarez indaga sobre la marginalidad que subyace a la grandeza a la que suelen estar maldecidos los autores. Maratónica ha sido la tarea de recopilar y reunir los dispersos libros que Jorge Luis Borges dejó en
Pero a la vez que se recupera la obra dispersa entre las guardas y encuadernaciones de los diversos volúmenes, se inicia un nuevo aporte a las ya demoradas y asfixiantes masas bibliográficas destinadas a la obra de nuestro ciego ilustre. El desafío al que todo crítico e investigador se encuentra a la hora de reflexionar sobre la obra borgesiana: ¿qué decir?, ¿qué mas decir? Estas preguntas no ensombrecen la labor crítica de Rosato y Álvarez, por el contrario, pueden hacerle frente gracias a un estudio seguro y fidedigno de auténticas joyas de archivo. El valor de este “rastreo” entre sarmientino y holmesiano, signado por los avatares políticos de las instituciones y del país (tal como dejan en claro en los interesantes “Antecedentes históricos de esta colección”) le imprimen a la historia de la critica borgesiana un camino renovador, fértil y seguro. Como ellos mismos afirman: “La relevancia de esta colección radica, principalmente, en su originalidad, da a conocer un fondo documental nuevo y, desde la perspectiva de estudios genéticos constituye un importante acervo de manuscritos originales que aguardan ser indagados en profundidad” (p. 36)
A pesar de tener por subtítulo: “Catálogo de la colección Jorge Luis Borges en
A su vez, debe remarcarse el valor que tiene éste texto en la reconstrucción de usus scribendi del autor, es decir del conjunto de operaciones de lectura y escritura como condición emergente para la creación literaria. De esta manera, los autores logran descifrar las misteriosas abreviaturas, marcaciones y símbolos empleados por Borges, posibilitando así el desciframiento del sistema de escritura y aportando una necesaria legibilidad a las notas editadas. En materia de procesos de escritura, tal vez sea éste el primer estudio crítico que reflexione de un modo serio y sistemático acerca de la manera en que debe pensarse la escritura de Borges, no sólo desde su dimensión formal, sino también desde el punto de vista de sus temas y tópicos. La filosofía oriental, la matemática, el infinito y los espejos, todos ellos temas recurrentes en la obra borgesiana, y demoradamente transitados y violentados por las reyertas de la crítica literaria, aparecen en esta reflexión de Rosato y Álvarez desnudos en su materialidad, libres de la deformación estética del autor argentino. Pero el valor del libro, no sólo radica en los aportes arriba mencionados, no se agota en los textos manuscritos inéditos que pueblan las páginas de este “catálogo”, sino también en la marca que deja sobre el libro la traza del hombre y de sus afectos. Un modo nuevo de conocer al Borges fuera de la literatura, al Borges fuera de la construcción literaria que él mismo hace de si. El catálogo refleja también en sus “caminos de tinta” la amistad con Bioy Casares, el amor furtivo de Estela Canto, la paciente compañía de su madre, los viajes y los lugares. Todos estos amores, figuras y espacios familiares aparecen dejando también huellas en los libros. La vida de un hombre no es, sino un conjunto borroso de recuerdos, personas y situaciones que, como los autores afirman, es la primera etapa de un proyecto todavía no clausurado: “El catálogo que presentamos aquí reúne sólo la mitad de los ejemplares recuperados. Han quedado pendientes para una próxima publicación aquellos libros que fueron obsequio de escritores y amigos y otros que requerían urgentes trabajos de restauración. El número total de este fondo, entonces, alcanza a completar los mil volúmenes” (p. 20)
Laura Rosato y Germán Álvarez nos devuelven muchas cosas con su publicación y entre ellas las dos figuras omnipresentes de la cultura nacional: Borges y